martes, 30 de enero de 2007

Introducción de "El Cabeza de Huevo"

Qué bonito es cuando se es pequeño.
Al ver mi foto en brazos de mi Madre señalando una paloma que emprende el vuelo, con qué nostalgia evoco el hecho de pensar que antes, entre el billete más grande y el caramelo más dulce, elegía la segunda opción, qué bonito era pensar que toda la gente era buena, y que el daño, el negativismo, la envidia, los prejuicios y la presunción eran cosas que nunca andaban por el aire.
Y qué bonito es pensar que usaré en mi blogger mi sobrenombre como seudónimo: Makio.
Recordaré y los haré partícipes de todo lo que estos ojos aún de menos de treinta años han visto, y lo que este cerebro de la misma edad ha deducido, bien o mal, NADA DE LO QUE ESCRIBA EN MIS BLOGS SERA FICCION.

Mi sobrenombre nació en 1985, a los cinco años, en un lugar que en mi ciudad llamaban colegio italiano; los niños teníamos cuadernos cuadriculados en los cuales había que hacer un punto cada cuatro cuadros en horizontal y vertical, ejercicio de puntuación que le llamaban, y yo, que me recuerdo semi disléxico desde mi más remota infancia, hacía los puntos cada dos, tres, cinco, seis y hasta siete cuadros, pero nunca cuatro... y hasta ahora recuerdo que me sentía mal conmigo mismo, y fue ahí, através de algo tan tonto, que no determina el éxito en la vida, que descubrí lo que era la competitividad, cuando los otros niños maliciosos y satisfechos consigo mismos me miraban como un bruto. Y la profesora, una venerable anciana italiana como de ochenta años que no entendía nada bien el castellano, me pedía el cuaderno y veía con sus bifocales y acercándoselo a la cara el desastre que había hecho, decía en lugar de Mario, Macchio...
Aún la recuerdo: Macchio nunca termina lo' puntitos, Macchio nunca termina! Macchio no va al recreo!
Desde entonces tengo una relación de amor odio con aquel sobrenombre, que suena más bonito con k para que se entienda más en castellano, y que hasta ahora algunos de mis pocos amigos lo emplean.
Es curioso, pero después de tantos años, parece que aún me siento de esa edad cuando la semi dislexia me hace decir izquierda cuando debo decir derecha, digo horizontal cuando debo decir vertical, y viceversa, y me sigo sintiendo a veces igual de mal que la vez de los puntos, aunque ahora, ja ja ja, sí los hago cada cuatro cuadros.

Sin embargo, antes de acabar este blog, volví a hacerlos para ponerme a prueba, observé con detenimiento e hice sólo un punto luego de seis cuadros... parece que después de tantos años siquiera mejoré un poco ¿no? Mil gracias y espero sus comentarios

1 comentario:

Unknown dijo...

Mi queridisimo primo, tu post me encanto, sigue así.